Buzones rústicos de forja

Buzones rústicos. La historia de los buzones.

Según cuentan algunos, los primeros buzones aparecieron sobre la mitad del siglo XIX. Hasta entonces nunca habían sido necesarios puesto que el cartero entregaba la carta en mano, y era al propio cartero a quien se le pagaba el precio del envío al recibirla. Por lo tanto, los buzones carecían de sentido puesto que no podrían cobrar.

No fue hasta la aparición de lo que hoy conocemos como sello, que los buzones cobraron su utilidad, puesto que al ser pagado el envío en inicio, los carteros podían dejar la misiva independientemente de que el destinatario se encontrase presente o no.

La historia de los buzones empezó por tanto a raíz de este hecho. A partir de comienzos del siglo XX, en algunos lugares se estableció la obligación a los propietarios de las residencias de contar con un buzón o abertura para cartas, lo cual hizo que aumentasen exponencialmente su número.

Buzones rústicos de forja

Actualmente todo el mundo tiene un buzón, pero se les presta una especial atención en el caso de los buzones rústicos porque cuentan con otra función muy importante. La decoración.

La elección de un buzones rústicos va más allá de la propia practicidad del mismo y se convierte en una extensión de la decoración interior de la casa, para pasar a ser más un elemento decorativo. Los buzones rústicos pueden estar hechos en diversos materiales, pero sin duda, los más auténticos, los más típicos de toda la vida, son los metálicos. Éstos están hechos de forja con intrincados dibujos para que se adecúen al resto de la decoración rústica de la vivienda.

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